Desgarros musculares: ¿Qué son y cómo tratarlos?

Desgarros

Es impensado que una persona que tiene una vida activa y deportiva no sufra de desgarros a lo largo de los años…

Los músculos son estructuras que tienen como función contraerse y elongarse para producir movimientos, y así, cumplir darnos la movilidad que necesitamos a diario.

Por eso es fundamental conocer una lesión tan común de los músculos que genera mucho dolor y discapacidad, precisamente hablamos de la rotura o desgarro de fibras musculares.

¿Qué son los desgarros musculares?

Nos referimos a desgarros o roturas musculares a un tipo de lesión de los músculos, en donde las fibras que lo componen comienzan a romperse.

Generalmente un desgarro trae consigo un dolor muy intenso que obliga a quienes lo padecen a cesar sus actividades cotidianas al producirse una tensión en el área lesionada.

Cuando se produce un desgarre, la persona llega a percibir un dolor agudo concreto y localizable, describiéndolo como si recibiera “una pedrada”.   

¿Qué tipos de desgarros existen?

La gravedad del desgarro suele determinarse según el número de fibras rotas. Lo más habitual es clasificarlas en tres tipos:

  • Grado I (desgarro leve): Se trata de daños leves en las fibras musculares y su recuperación completa suele tardar entre 8 a 10 días. 
  • Grado II (desgarro moderado): Esta rotura parcial de las fibras musculares requiere atención más profunda y puede tardar hasta 3 semanas de recuperación completa.
  • Grado III (desgarro grave): Es la rotura completa de las fibras musculares, tardando normalmente de 3 a 4 meses como mínimo para una recuperación. También se necesita pasar por diferentes cirugías para poder reinsertar cualquier fibra rota.  

Desgarros

¿Cuáles son las causas de un desgarro?

Las causas que provocan un desgarro suelen clasificarse por:

  • Un calentamiento insuficiente del músculo que no está bien acondicionado para las actividades físicas.
  • Una mala condición física causada por el sedentarismo, la que provoca a su vez, debilitación de las fibras musculares y las hace más vulnerables a problemas.
  • Nutrición e hidratación inadecuada.
  • Una sobreexigencia física para nuestro cuerpo sin capacidad o estado de forma apto.
  • Estiramientos realizados de forma incorrecta o cuando el músculo no está caliente.
  • Calzado y vestimenta inadecuada que genera poco movimiento y articulación, forzando al cuerpo a tensar los músculos más de lo habitual.

¿En qué zonas del cuerpo es más frecuente un desgarro muscular?

Los desgarros suelen ocurrir en la parte baja de la espalda o zona lumbosacra, y en las piernas o miembro inferior.

Algunos de los músculos más propensos a sufrir un desgarro son:

  • Músculos paravertebrales en la espalda: en la zona baja de la espalda se puede dar una rotura de los músculos que sostienen la columna vertebral.

En ellos recae todo el peso de la parte superior de nuestro cuerpo, y suele ser una lesión dolorosa, por lo que se recomienda inmediata atención.  

  • Cuádriceps o isquiotibiales en el muslo: Los músculos delanteros y traseros del muslo que sirven para enderezar o flexionar la rodilla.

En ellos recaen las funciones de desplazamiento de las personas, por lo que la movilidad en la rutina de una persona se puede ver reducida por un tiempo.  

  • Músculos en la pantorrilla o rotura de fibras en gemelos: Los músculos encargados de ayudar a levantar el talón que se encuentran en la parte baja de la pantorrilla (se lesionan con frecuencia). 

Desgarros

¿Cómo prevenir un desgarro muscular?

Las terapias preventivas comienzan a partir de algunos aspectos claves:

Debemos considerar anteriores lesiones para prevenir recaídas, revisar los hábitos alimenticios, posturales, de descanso, y confirmar con un fisioterapeuta una rutina de ejercicios equilibrada.

La persona debe mantener una buena disciplina de calentamiento antes de realizar cualquier actividad física y tomarse su tiempo para realizar estiramientos suaves al terminar.

Son los dos casos con mayores probabilidades de sufrir una lesión, puesto que el músculo no está acondicionado en el primero, y puede estar deshidratado en el segundo.

En ambos casos existen cremas especiales que tienen un efecto vasodilatador, resultando clave para lesiones crónicas y prevención de contracturas.

¿Cómo curar un desgarro muscular?

En primera medida cuando la lesión se generó recientemente, es recomendable aplicar hielo o bolsas congeladas de gel para reducir la inflamación.

Para la segunda parte es importante contar con un masaje para el drenaje sanguíneo de la zona afectada, y por supuesto, el reposo resulta esencial durante los primeros días…

En el caso de que la lesión estuviera comprometiendo más que un pequeño dolor, se puede incluir en el tratamiento un antiinflamatorio y analgésicos para el dolor.

Una vez que se supera la fase aguda (entre 3 a 5 días), es oportuno comenzar a realizar movimientos suaves y controlados que ayuden a reactivar las fibras dañadas y recuperar la flexibilidad progresivamente.   

Por otro lado, si tu lesión es más grave puede que estés en peligro y debas acudir a un profesional, quien te brindará los mejores tratamientos para tu pronta recuperación.

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