Según la OMS, una de cada cinco personas sufre de una hernia al menos una vez en su vida, y el único tratamiento que existe en la actualidad es la cirugía, pero, ¿podemos evitarlo?
¿Qué es una hernia?
Hablamos de una hernia como una protrusión de un órgano fuera de la cavidad del cuerpo. Es decir, cuando una víscera sale al exterior desde el abdomen por una abertura existente en la capa muscular.
Las hernias ocasionalmente se generan por la incapacidad de resistencia que tienen las paredes abdominales cuando existe una presión emergente desde su interior.
En palabras más sencillas, podemos imaginar que tenemos un globo dentro de nuestro abdomen, este empieza a inflarse, hasta que se asoma por sobre el abdomen.
Este tipo de problemas médicos suelen ser indoloros, y solo son detectados por bultos que se encuentran a simple vista.
No obstante, en los casos más graves se presentan molestias asociadas a vómitos, alteraciones en la piel y mucho dolor al hacer esfuerzos o toser.
¿Qué tipos de hernias existen?
Las hernias pueden encontrarse generalmente en áreas como:
- Ingle: Existe una hernia femoral ocasionada por una protuberancia que se encuentra por debajo de la ingle, siendo más común en las mujeres.
Y en los hombres, una hernia inguinal en forma de una protuberancia que llega hasta el escroto.
- Parte superior del estómago: Una hernia de hiato aparece al momento en que la parte superior del estómago sale de la cavidad abdominal por una abertura del diafragma.
- Ombligo: Un bulto que se produce debido a una hernia umbilical.
- Cicatriz quirúrgica: Una previa cirugía abdominal puede generar una hernia a través de la cicatriz en la zona.
- Discal o columna: Hace referencia a un problema con los amortiguadores cartilaginosos, que se encuentran entre los huesos de la columna vertebral. Es el tipo de hernia más común entre las personas que sobrecargan la espalda o llevan una vida muy sedentaria.
¿Qué causas provocan una hernia?
En la mayoría de los casos, no se puede determinar la razón por la que aparece una hernia en el cuerpo, a excepción de una hernia por complicaciones post cirugía.
De todas formas, el riesgo de padecer este problema físico aumenta con el paso de la edad y se presenta con mayor frecuencia en hombres.
Una hernia puede ser algo congénito (una persona nace con ella), o desarrollarse en niños con una débil pared abdominal.
Sin embargo, las actividades y problemas médicos que aumentan la presión sobre el abdomen también pueden ocasionar una hernia, donde se incluye:
- Esfuerzo en el inodoro, esfuerzo para orinar.
- Tos persistente, fibrosis quística.
- Próstata agrandada, testículos no descendidos.
- Sobrepeso u obesidad, mala nutrición, consumo de tabaco.
- Levantamiento de objetos pesados, esfuerzo físico exagerado.
- Mala nutrición, diálisis peritoneal.
¿Qué factores de riesgo existen?
Los factores de riesgo se clasifican según el tipo de hernia:
- Hernia por cicatriz quirúrgica: Dentro de los casos más claros luego de un procedimiento quirúrgico.
Las personas son más propensas a tener una hernia cuando están involucradas en actividades intensas, tienen peso adicional o están embarazadas luego de 3 a 6 meses de la operación.
Todo lo anterior supone una tensión adicional en el tejido de la zona operada a medida que va sanando.
- Hernia inguinal: Aquellos con más riesgo de padecerlo son adultos mayores, personas que ya han tenido hernias inguinales, fumadores, personas con estreñimiento crónico, embarazo, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer.
- Hernia umbilical: Estas son más comunes en bebés con bajo peso al nacer o por nacer prematuramente.
Paralelo a ello, en los adultos, tener sobrepeso, ser mujer y tener un embarazo también aumentan las probabilidades de tener una hernia umbilical.
- Hernia hiatal: Es más frecuente en personas que tienen sobre los 50 años de edad y sufren de obesidad.
¿Cuáles son los síntomas de una hernia?
En la mayoría de los casos una hernia no pasa más allá de ser una inflamación indolora que no presenta muchos problemas y no necesita de atención médica.
Pero existen ocasiones en que las hernias pueden ocasionar dolor, empeorando al mantenerse de pie, esforzarse o levantar objetos pesados.
Para algunas ocasiones, cuando se necesita de atención médica inmediata, los síntomas más comunes son fuertes dolores, náuseas, y vómitos.
Para estos casos, la hinchazón suele ser consistente y muy sensible, ya que la persona no puede devolver el bulto a su posición original debajo del abdomen.
¿Existen tratamientos para las hernias?
Para una hernia sin síntomas, lo más común es observar y esperar. Sin embargo, el bajo cuidado puede ocasionar un riesgo para ciertos tipos de hernia, como los femorales.
A los dos años de diagnosticar a un paciente con hernia femoral, tienen un 40% de probabilidades de sufrir una estrangulación intestinal.
Algunas autoridades médicas consideran que la cirugía estética es un elemento innecesario si se mantiene una revisión constante.
Pero otros profesionales de la salud recomiendan una reparación quirúrgica para eliminar el riesgo de estrangulación del intestino (la que puede significar una grave emergencia).
Una operación temprana y rutinaria es más recomendable que un procedimiento quirúrgico de urgencia con mayor riesgo vital.
Aunque las opciones quirúrgicas dependen exclusivamente de las circunstancias de cada persona (incluyendo la ubicación de la hernia), existen dos tipos de intervención médica:
- Reparación quirúrgica abierta: Se cierra la herida con suturas, mallas o ambas, y la herida quirúrgica en la zona, se cierra con grapas, pegamento médico o suturas.
- Reparación laparoscópica: Se utiliza para evitar cicatrices previas, y aunque es más costosa, es menos probable sufrir de una infección posteriormente.
Este tipo de procedimiento está guiado por un laparoscopio que permite el uso de incisiones más pequeñas y una recuperación mucho más rápida.
