De las diferentes lesiones que nos pueden ocurrir a la hora de realizar deporte o en nuestra propia rutina diaria el esguince es una de las más frecuentes…
Por ello, aprender más acerca de qué se trata y cuáles son las recomendaciones para actuar al momento de sufrirlo, nos servirá para prevenir una posterior consecuencia.
¿Qué es un esguince?
Un esguince es un tipo de lesión, que se produce cuando uno o más ligamentos que se encuentran alrededor de una articulación se ven afectados por un sobre estiramiento o una rotura de estos.
Estos ligamentos están compuestos por fibras muy resistentes, pero cuando son llevadas al límite realizando un movimiento brusco o excesivo, se rompen.
Este tipo de lesiones suele generar dolor e inflamación que si no llega a tratarse luego para estabilizar la articulación del ligamento y el hueso puede ocasionar una luxación.
Es importante mencionar que un esguince no es lo mismo que una distensión, ya que la primera lesiona las bandas del tejido que conectan dos huesos… La segunda, implica la lesión del músculo o banda de tejido que une a un músculo con el hueso.
¿Cuáles son las causas que provocan esguince?
Un esguince se produce principalmente cuando se extiende excesivamente un ligamento mientras se tensa una articulación.
Los esguinces más comunes se producen en:
- En el tobillo: Caminar o hacer ejercicio en superficies desniveladas, cayendo torpemente después de un salto.
- En la rodilla: Girarla en exceso mientras se realiza una actividad física.
- En la muñeca: Caer sobre una mano extendida.
- En el pulgar: Sobrecarga al ocupar la mano para realizar actividades que requieren utilizar gran fuerza.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Dentro de los factores de riesgo que facilitan la lesión de esguince están:
- Condiciones ambientales: Estar sobre una superficie resbaladiza o desnivelada.
- Fatiga: Cuando las personas están cansadas, es mucho más probable que los músculos sucumban a fuerzas que podrían tensar las articulaciones.
- Equipo inadecuado: Ya sea calzado u otro tipo de vestimenta que no permite el correcto estiramiento de las articulaciones.
¿Cuáles son los síntomas de un esguince?
Los principales síntomas de un esguince son:
- Dolor articular o muscular: La parcial funcionalidad de la articulación afectada dependerá directamente del dolor que se sienta en aquella zona.
- Hematomas: Tienen presencia en la zona inflamada, y se producen al momento de que un vaso sanguíneo se rompe.
Pueden desplazarse por toda la zona afectada y cambiar de color a medida que va desapareciendo.
- Calor en la zona lesionada: La temperatura aumenta en la zona articulada ya que aumenta la cantidad de sangre, por ende, aumenta su presión y temperatura.
- Inflamación: La zona comprometida puede sufrir una hinchazón, pero no deforma ni desplaza la articulación de los huesos como si lo podría hacer una luxación o una fractura.
- Rigidez articular: Es común sentir dificultades para mover la articulación afectada debido a la gran cantidad de dolor que padece una persona.
¿Cómo se clasifica un esguince?
Según la gravedad de la lesión, existen 3 tipos de esguinces:
- Grado I: Corresponde al estiramiento incorrecto de una parte del ligamento, donde no incluye una rotura o arrancamiento de su unión con el hueso.
La zona aparece hinchada y con un dolor de intensidad variable, pero la persona puede llegar a realizar movimientos normales.
- Grado II: Corresponde a la rotura parcial, donde la articulación no permite realizar movimientos normales y presenta un fuerte dolor.
- Grado III: Corresponde a la rotura completa de un ligamento con su unión al hueso, lo que puede provocar una luxación si pierde congruencia articular.
En estos casos se recomienda un tratamiento quirúrgico para reparar el ligamento afectado.
¿Cómo prevenir un esguince?
Para prevenir este tipo de lesiones es importante tener en cuenta:
- Calentar antes de practicar una actividad física o realizar una acción que requiera una importante exigencia de energía y fuerza.
- Mantener las articulaciones en forma, bien estiradas y ejercitadas.
- Evitar el tipo de calzado irregular que provoca un desnivel (tacos en el caso de mujeres).
- Nuestro calzado y vestimenta debe adecuarse al cuerpo de forma que no apriete o evite el pleno movimiento de las articulaciones.
¿Qué tratamientos prácticos son adecuados para recuperarse de un esguince?
Existen diferentes recomendaciones que se aplican en función al grado de esguince que padece una persona, entre ellas podemos destacar:
- Aplicar hielo: Es ideal para momentos de urgencia, ya que ayuda a reducir en gran parte la inflamación y mejorar la articulación.
Se recomienda aplicar hielo por 20 minutos cada dos horas y repetir el máximo de tiempo posible antes de ir a dormir en la noche.
- Elevar la extremidad: La zona con el esguince debe situarse por encima del nivel del corazón, ya que la altura y la gravedad ayudarán a la deshazón.
- Medicamentos libres o con receta: Para aliviar el dolor en primera instancia es recomendable medicamentos como el ibuprofeno o derivados…
Si el dolor llega a ser insoportable, un médico tiene la facultad de suministrar medicamentos específicos para aliviar las molestias.
- Reposo: Independiente del grado de lesión que la persona padezca es necesario reposo para que la articulación pueda recuperarse correctamente.
- Vendaje para comprimir: Ayuda a calmar la hinchazón, envolviendo la articulación con vendaje, pero sin comprimir en exceso, ya que no se busca desfavorecer la circulación.
- Cirugía: Solo para los casos de grado III que necesitan una intervención médica de urgencia.
