Cerca del 4% de la población mundial padece de una anomalía de columna vertebral desviada, o mejor conocida como escoliosis, donde niñas y mujeres son las más propensas a padecerlo.
La columna vertebral de las personas tiene una curvatura que es fundamental para poder soportar el peso del cuerpo, mantener el equilibrio, movernos y caminar correctamente.
Si llegáramos a descuidar nuestra correcta postura, la escoliosis podría llegar a generar severos daños a nuestra rutina diaria que costaría trabajo reparar…
¿Qué es la escoliosis?
Cuando hablamos de escoliosis nos referimos a una curvatura anormal o desviación de la columna vertebral hacia la izquierda o derecha ocasionando problemas físicos en una persona.
La escoliosis es una curvatura lateral de la columna que ocurre con mayor frecuencia durante el periodo de crecimiento anterior a la pubertad.
La mayoría de los casos de escoliosis son leves, pero existen ciertas deformidades de la columna vertebral que podrían empeorar con el paso del tiempo.
Por otra parte, si la escoliosis llegará a ser grave, ocasiona un dolor que sería incapaz de contener una persona. Incluso podría llegar a provocar problemas en los pulmones por la presión de la columna sobre los órganos…
Una columna sana se ve recta a simple vista, por el contrario, una que tiene problemas de escoliosis presenta problemas en hombros o caderas desniveladas, costillas protuberantes, una escápula sobre la otra, entre otros.
Según estudios médicos, existen 3 causas por los que se genera esta patología:
- Escoliosis idiopática o de causa desconocida: Surge del lado derecho de la espalda. No se conoce su origen y es el tipo de escoliosis más frecuente, presentándose mayormente en etapas de adolescencia.
- Escoliosis neuromuscular: Se generan por un control muscular deficiente, debilidad muscular o parálisis debido a otro tipo de enfermedades.
- Escoliosis congénita: Es un tipo de escoliosis que presenta una anomalía en la formación de las vértebras. Es decir, que dos o más vértebras forman una unión ósea.
¿Cuáles son los síntomas y causas que provocan escoliosis?
Los síntomas más comunes de escoliosis son contracturas musculares, dolor de espalda, desviación de los hombros, espalda y cadera.
La columna vertebral vista desde atrás normalmente debe ser recta, de forma que la espalda sea simétrica.
Por el contrario, si existe una escoliosis, la columna se ve curvada presentando los siguientes signos:
- Un hombro más alto que otro/ un omóplato que parece más alto que el otro.
- Una cadera más abultada que la otra/ cintura dispareja.
- La cabeza no está centrada respecto a las caderas.
Los médicos desconocen las causas que provocan el tipo más frecuente de escoliosis, debido a que este trastorno óseo deriva de genes familiares.
Las causas menos frecuentes que generan escoliosis pueden ser afecciones neuromusculares como parálisis cerebral infantil o distrofia muscular…
Además, hay nacimientos que se ven afectados por la mala formación de huesos de la columna vertebral, lesiones o afecciones de la columna vertebral.
¿Qué factores de riesgo y complicaciones implica la escoliosis?
Los factores de riesgo de padecer el tipo de escoliosis más frecuente son:
- Edad: Empiezan durante la etapa de crecimiento antes de la pubertad, el llamado “estirón”.
- Sexo: Niñas entre 10 y 11 años son ocho veces más propensas a sufrir de escoliosis que niños de su misma edad según informes de la OMS.
- Antecedentes familiares: La escoliosis también puede ser hereditaria.
La mayoría de las personas padecen de escoliosis como un leve trastorno físico, pero a menudo, pueden ocasionar complicaciones a futuro como:
- Daño cardiaco y pulmonar: Una escoliosis grave puede provocar presión de la columna vertebral sobre los pulmones y el corazón.
- Problemas en la espalda: Adultos que sufren de escoliosis cuando eran niños son más propensos a sufrir dolores crónicos en la espalda.
- Aspecto: Si la escoliosis empeora puede provocar daños en el cuerpo que llegarán a ser notorios físicamente.
¿Cómo se diagnostica y se trata a la escoliosis?
La escoliosis suele detectarse en una revisión rutinaria con un pediatra.
Cuando el pediatra detecta algún síntoma, solicita un examen de radiografía para la columna vertebral, y así poder valorar si existe una desviación de la columna.
En el caso de que el paciente padece escoliosis, se derivará a un traumatólogo.
Los ejercicios y la rehabilitación no reducirán la magnitud de la curvatura o el riesgo del paciente a que siga evolucionando negativamente.
Sin embargo, se pueden utilizar tratamientos complementarios para mejorar la postura y fortalecer los músculos, que frenen la progresión natural de la escoliosis de un paciente.
